Doy gracias a dios por permitirme compartir un día más con mi madre, por poder tomarla de su mano, esa mano dura forjada por el trabajo pero a la vez  suave que acaricia mi mano, me hace comprender que nos une más que un cordón maternal que se desprendió hace años,  pero que sigue unido en sentimiento, alegría  y un gran amor.

 

 

              No recuerdo mi primera palabra pero sé que tú la tienes en tu mente como algo inolvidable por que sin duda alguna fue mamá, me miraste crecer, caer, caminar, tropezar, estudiar, y levantarme, tu fuerza es la mía, y tu amor es el mío, con agradecer tu compañía no es suficiente, no importa que no estemos cerca, te veo  y te siento con solo oír tú voz,  cierro los ojos y te veo y doy gracias a dios por permitirme verte y abrazarte en cada día que estamos juntas, porque eres uno de los pilares que junto con mi padre me educo y me sigues  educando en valores de la vida que solo tú puedes darme con esa  fuerza que solo una madre puede sentir y transmitir  para seguir avanzando y  alcanzar mis sueños.

 

 

                Como siempre madre mía para nosotros tus hijos sigues siendo  la que impone respeto, fuerza y  valor,  pero también a la  vez  humildad,  nobleza, valores  y un gran corazón,  gracias por  todas tus enseñanzas, por la paciencia, por la alegría,  porque nunca te doblegaste y nos enseñaste a luchar a pesar de las dificultades que teníamos cuando fuimos niños, siempre tuvimos lo mejor que pudiste darnos, nos forjaste con el ejemplo de responsabilidad y  humildad, gracias  a dios por estar todavía con nosotros y  ser mi maestra de la vida,  dios te bendiga madre mía.

 

              Y llego el tiempo en que vi nacer los sentimientos  de una madre, cuando senti en mi vientre el  latir de un ser hermoso  que crecia día con día, y que nos hará perder la figura pero eso no importaba, queremos que nuestro pequeño hijo o hija estén completamente sanos, que tomen todo lo que necesiten de nuestro cuerpo para su sano desarrollo, y luego cuando nacen y los conocemos es un sentimiento hermosísimo, el tenerlos día tras día y verlos crecer,  el enfrentarnos a su cuidado, y educación, que no les falte nada, con una sola  recompensa  una pequeña sonrisa y decir su primera palabra mamá.

 

 

            Con el paso de los años nuestros pequeños ya necesitan aprender de buenos  valores para respetar y vivir en armonía, para que nadie les haga daño, aprender de una educación que los forme para enfrentar una vida social con responsabilidad, fuerza  y conocimientos.

 

 

            Su carácter se va forjando fuerte y responsable para enfrentar a la vida sacándolos de su estuche de cristal en que los tenemos, donde los hemos cuidado como una hermosa flor que roseamos todos los días, porque sabemos que ya están preparados para volar y enfrentar con responsabilidad la vida que les toca vivir,  y es ahí donde consolidamos nuestro esfuerzo cuando vemos a nuestros hijos triunfar en la vida, ahora ellos lucharan por  sus sueños les toca a ellos continuar con su linaje para que las enseñanzas perduren en el tiempo.

            Quise compartir este artículo que salió desde lo más profundo de mí ser en este día tan especial para todos los mexicanos que dedicamos a nuestra madre, convivan con todas ellas aunque sea un poco de su tiempo, ya que ellas nos han dado la vida entera, así mismo elevemos una oración con el corazón en la mano por las madres que ya se han ido y que segura estoy están con nuestro padre celestial, y hoy son la luz en el camino de sus hijos que las recuerdan con amor, les envio a todas una gran  felicitación y un caluroso saludo de su servidora y amiga.

 

 

C.P.C. María Cecilia González Olvera

 

10 de mayo del 2018.

 

   

 

 

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